Muchas veces los libros sí se juzgan por su portada, y es que es inevitable sentir atracción inmediata por un producto solo por cómo se ve, aún si no sabemoss mucho sobre él; si esto te ha pasado como consumidor o como diseñador, quédate, te contaremos sobre el packaging y todo el proceso creativo y estratégico que se necesita para producir la mejor portada.
Vivimos en un mundo lleno de packaging 📦
Estás recorriendo los pasillos de un supermercado y hay mil productos que se ven como una compra potencial: bolsas, cajas, botellas, recipientes y envases, demasiados factores interactúan para tomar una decisión; además, una decisión de segundos. Al final, el producto que escoges termina ajustándose a tu capacidad económica o a una percepción de satisfacción que tuviste con un objeto que logró resaltar ante los demás.
De esto último se encarga el packaging: ser la versión más atractiva y funcional de un producto dentro de un mercado competitivo. Para conectar con el consumidor y mejorar su experiencia, se debe visibilizar fácilmente las cualidades, atributos y ventajas del producto y que este logre diferenciarse por su originalidad y practicidad.
Por supuesto, hay un proceso detrás de todo esto, ¡aquí te lo contamos!
Etapa de diseño 💻
Ideación e Investigación: en esta parte nos encargamos de reunir referentes que nos permitan tomar la mejor decisión en cuanto al material, forma, tamaño y funcionalidad del empaque, y a considerar si es más conveniente usar una bolsa o, por el contrario, una caja. Hay muchas cuestiones que dependerán del objeto que va a contenerse dentro, para eso el conocimiento y las pruebas de resistencia, impresión y durabilidad son indispensables en esta etapa.
Concepto de diseño: claramente, el empaque debe tener personalidad (atrevida, elegante, curiosa...); y un estilo (vintage, kitsch, geométrico, los 80's, etc...) y para esto tendremos que crear y definir el look and feel (la apariencia) del producto que va a enviar el mensaje que deseamos en cada uno de los puntos de contactos que tenga con el consumidor. De eso se trata el concepto, darle una temática a tu creación. La lluvia de ideas y los moodboards en esta etapa serán tu mejor aliado, úsalos y así podrás tener múltiples posibilidades para combinar.
Boceto: ¡Manos a la obra! Aquí vamos a darle forma a lo que ideamos por medio de elementos sencillos que nos den una idea inicial de cómo estará diagramado el producto y cuáles son los espacios asignados para cada texto e ilustración. Recuerda que no tiene que ser muy detallado, en el proceso se irán puliendo las ideas.
Desarrollo diseño e ilustración: llegamos a una de las partes más creativas, diseñar la propuesta con todos los detalles y estilos que hemos escogido para nuestro producto. Aquí los colores, las ilustraciones, la tipografía y los textos cobran vida y lo hacen especial. Ten presente que los tamaños son muuuy importantes porque a la hora de imprimir todo debe encajar justo como lo planeaste.
Después de esto, prepárate para presentarle la propuesta al equipo de trabajo y luego al cliente, es muy probable que en estas reuniones salgan ajustes y tengas el feedback sobre el diseño, sé receptivo y paciente, los prototipos siempre tendrán algo por mejorar y esto no significa que estén mal.
Mock up: este concepto se refiere a una representación o prototipo digital que se realiza para dar una idea muy cercana a cómo se vería el producto en la vida real; por lo general, se hace una ambientación en un espacio donde el producto sea usado con naturalidad, resaltando su funcionalidad y estética.
Prototipo real: llegó el momento tan esperado... ¡tu empaque en vivo y en directo! con el prototipo real podrás ver todos los detalles de color, impresión, tipografía y ubicación exacta de todos los elementos, los posibles errores que haya para corregir y ajustar antes del lanzamiento del producto. Piensa en esta etapa como un ensayo-error y cuando todo se corrija, tendrás tu producto completamente listo, igual a como lo verá al final el consumidor.
Plan de mercadeo: ¡ojo! Debes pensar en la campaña que se lleva a cabo antes, durante y después de lanzar tu producto. En este punto, hazte las siguientes preguntas: ¿promocionaré el producto por redes sociales? ¿Prefiero hacer publicidad off-line? ¿Cuál sería un lugar más visible para mi público objetivo? ¿Dónde podrían encontrar mi producto más fácil? ¿Por qué medios realizaré la venta del producto? ¿Es necesario material audiovisual?
Cuando tengas esto claro divide tu plan en 4 fases:
• Expectativa: en este momento tu producto aún no ha salido al aire, la intención es preparar al público para la llegada de este y hacerle saber por qué debería estar ansioso por tenerlo de inmediato; por lo general, las frases en esta etapa tienen un estilo así: "pronto conocerás nuestro nuevo producto" "espera una sorpresa especial" "¿quieres saber lo que tenemos preparado para ti?" dando a entender que un evento importante se aproxima.
• Lanzamiento: ¡por fin! Ahora todo el mundo sabrá de qué estabas hablando. Tu producto sale a la luz y se encuentra con un público con muchas expectativas dispuesto a comprar y a recomendar.
• Recordación o mantenimiento: después de que el producto es conocido, debes recordarle a los consumidores que este está disponible por cierta cantidad tiempo o de manera indefinida; también, podrás mostrar los atributos del producto, sus múltiples funciones y beneficios, e incluso las experiencias de otros compradores para acercar a tu público objetivo.
• Final: si tu empaque es una edición especial, de carácter limitado o simplemente se acaba la campaña, es momento de agradecer a todos los que apoyaron en la compra, mostrar los buenos resultados que se obtuvieron o rematar con un plus para tus clientes. Hazles saber de alguna manera que hizo parte de un momento especial para la marca y que en una próxima ocasión será tomado en cuenta por ser un cliente fiel.
Top 5 de consejos para estar en el ranking de los mejores 🏆
Está claro que los empaques deben cumplir con ciertos requisitos para poder entrar en la lista de favoritos de los consumidores, estos son nuestros recomendados:
Practicidad y ergonomía
Actualmente, la rapidez es el adjetivo que guía al mundo y todos nos movemos entre lo fácil, lo práctico y lo cómodo, así que trata de que tu empaque contribuya a hacer más fácil una actividad para las personas, que su uso sea intuitivo y tenga el tamaño adecuado para la misión que está destinado a cumplir.
Protección
Esta parece obvia, pero hay que recordar que nadie quiere un empaque que tenga destrozado por dentro su contenido, la seguridad y confianza de que el paquete llegará sano y salvo son parte primordial de una buena experiencia con un producto. Además, entre mejor presentado se vea el material, más calidad representará para el consumidor.
Colores a los que no te puedas resistir
Haz que el producto derroche identidad, personalidad y estilo puro, que le haga un favor a los estantes en los que esté y deslumbre en medio de miles de empaques. También existen muchas pruebas que puedes hacer con personas aleatorias para saber qué tan poderoso a simple vista es el empaque que has creado.
Muchos pequeños detalles
Dale muchas razones válidas y conscientes al usuario para comprar tu producto finalizado, que sienta que realizó una gran adquisición y, que en un futuro, volverá porque encontró muchos argumentos para preferirlo.
Buena publicidad
Sé coherente con el producto que estás ofreciendo y su precio, al final si logras reflejar a la perfección todas las cualidades y beneficios de tu producto, valdrá la pena pagar por él.
Si quieres conocer más sobre temas de interés en diseño, mira el siguiente artículo que tenemos para ti.
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